Cada cuota es la misma a lo largo del préstamo.
En cada cuota, se paga una parte de interés y una parte de capital.
Al principio, la mayor parte de la cuota se destina a los intereses, y una pequeña parte al capital. A medida que avanza el préstamo, la porción de la cuota destinada al capital aumenta, mientras que la parte de interés disminuye.
El saldo de la deuda se va reduciendo gradualmente hasta llegar a cero al final del plazo.